viernes, 17 de diciembre de 2010

Ja, ja, ja, bañera

Continúa...


Pues no, aún tuve que esperarme un rato. Y fue gracias a una mujer que pasaba por allí y sabía poco más inglés que el otro pero tenía algo más de compasión e iniciativa.

Para resumirlo diremos que acabé en un despacho con el subdirector de nosequé, tengo su tarjeta en la habitación, que localizó por teléfono al Dr. Yugandhar y, teniéndome identificada me asignó una habitación en otro edificio.

Y es que esto es una especie de complejo enorme con diversos edificios, jardines-tipo-bosquecillo, comedores, piscina con gimnasio, pistas de tenis, bádminton y (próximamente) baloncesto, centro de masaje ayurveda, guardas de seguridad… Total, que he ido a parar a una especie de “incubadora” que me permite irme adaptando a la India poco a poco. Rodeada de foráneos, pero sin aglomeraciones, ni tráfico, ni na de ná. Sólo cuando salgo de aquí. En casa, la calidad sería media baja en cuanto a limpieza, saneamiento (pintura, cortina ducha colgando, etc) pero altísima en cuanto a servicio. Son ENCANTADORES. Tal vez demasiado!

Por lo menos eso me pareció cuando por fin conseguí tumbarme en una cama y, cada vez que me estaba quedando dormida sonaba el estridente timbre de la puerta: ding-dong! Breakfast, madam! Ding-dong! Everithing alright? Ding-dong! Dr. Yugandhar sends me to make sure everithing is alright, do you want some coffee? I only want to rest, thank you! Oh, you are resting now, do you want some coffee? Ding-dong! Hello, I am Dr. Yougandhar, is everything alright? Let me show you the facilities… Paseíto que te crió hasta la piscina, el comedor…

Por cierto, vuelvo a escribiros en “diferido”, pues estoy en el balcón esquinero de la planta baja con una pequeña hoguera, que hace más humo que fuego, purificándome (no es cachondeo, eso es lo que hacemos en el taller de Leonard, además de la respiración conectada y bañarnos en bañera de agua caliente) . La conexión a internet no es wi-fi.

Bañera, he dicho? JA! No hay. Creo que en toda India. Bueno, no he ido a mirar en hoteles de cinco estrellas. Pero Heike, que es mi compañera de habitación desde hoy, ha conseguido comprar en la ciudad la bañera ideal. Una imagen vale más que mil palabras.

Heike probando nuestra recién instalada "bañera" en el espacio de la ducha


Ostras! Más parece que estuviera en África, ahora mismo! Creo que hay una comunidad musulmana al otro lado de esta finca.  Además de los grillos del bosquecillo de enfrente se oyen tambores y cantos "entusiastas"...

Acaba de aparecer Dídac por la puerta, recién aterrizado de Nepal...

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