viernes, 8 de enero de 2016

7 PASOS PARA AMAR MÁS LIBREMENTE... y un extra



Cuando nos enamoramos y somos correspondidos, de repente, es como tener alas en el corazón.  Nos sentimos capaces de todo y que todo es posible. Somos uno solo.  Nos sentimos vistos, apoyados, acompañados, deseados, admirados

Sin embargo, antes o después, el enamoramiento se desvanece y a menudo ese mismo “amor” se vive como una condena.  En el peor de los casos, nuestras alas se pueden volver tan pesadas que se sienten como grilletes en los pies.  Ya no somos uno, sino que se trata de “el otro o yo”; “mis deseos y necesidades o las tuyas”. La relación se vive como una serie de concesiones y negociaciones, tácitas o explícitas, donde a menudo es más fácil buscar afuera o anestesiarse para no sentir esos deseos y no romper el “equilibrio”.  

Tan complicado es que algunas personas se aseguran, consciente o inconscientemente, de no llegar jamás a ese punto de compromiso y se buscan relaciones imposibles, lejanas o de las que sea fácil huir a cuando la cosa se ponga seria. Otras, al contrario, jamás se muestran tal como son en su afán de “encajar” en la relación para que ésta no se rompa.

¿Cómo mantenerse en amor y sentirse libre?  ¿Cómo amar y dejar libre al otro? Qué entendemos por amar y por ser libre es lo primero que deberíamos plantearnos.

La mayoría, en nuestra infancia hemos aprendido, erróneamente, que somos amados según nuestros éxitos o fracasos.  Es decir, tenemos que ganarnos el amor mediante nuestros actos.  Si somos malos, o nos equivocamos o fracasamos, nos retirarán el “amor”.  Por lo tanto, desde esa perspectiva, mi libertad está condicionada a mi necesidad de amor, afecto y/o pertenencia.  Eso nos da todo un espectro de estrategias de supervivencia: entre Libre y totalmente independiente (o antidependiente) y Amoroso y totalmente dependiente o condicionado a adaptar mi personalidad a la aceptación de los demás.  Hay parejas que incluso se turnan en estos papeles.

Otra reflexión importante sería: ¿somos libres de elegir el tipo de persona y relación que deseamos para nosotros? 
En este aspecto, también es la herencia familiar lo que nos condiciona más allá de lo que podamos ser conscientes.  Las situaciones de pareja no resueltas de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, los patrones de relación entre lo masculino y femenino en nuestro árbol genealógico, situaciones inconclusas vividas por antecesores a los que ni siquiera conocimos pueden estar limitando nuestra forma de vivir y sentir el amor y las relaciones íntimas, empujándonos a repetir historias o heredar destinos que no son el nuestro.

Después de todo lo expuesto, es inevitable reconocer que, al menos en este plano de realidad es imposible creerse libre en el amor, aunque cabe preguntarse ¿cómo podemos amar, al menos, más libremente?

Aquí van 7 sugerencias que pueden ayudarte a lograrlo:

1. CONOCERME: Aprender y ser consciente de los condicionamientos y circunstancias, que determinan mi comportamiento y personalidad, pero no quién realmente soy.  El mercado está lleno de herramientas de autoconocimiento.  Las que a mí más me han ayudado, Rebirthing y Constelaciones Familiares.

2. ACEPTARME: Si recuerdo que no soy lo que hago, si me veo conscientemente,  si reconozco y acepto mis emociones, puedo amarme más tal como soy y elegir mi respuesta ante una situación concreta, en vez de reaccionar. Eso me enseñará, también a ver al otro por quien realmente es.

3. RESPONSABILIZARME: significa responder hábilmente (Responsabilidad = habilidad de responder). Claro, culpar al otro o a las circunstancias es más fácil. Pero si puedo ver mis estrategias y aceptar cómo me siento, puedo elegir mi respuesta en vez de reaccionar a lo que “activa” mis alarmas y dedicar mi energía a la solución y no a defenderme.  En ese sentido, me atrevería a afirmar que RESPONSABILIDAD y LIBERTAD son prácticamente sinónimos.

4. CONECTAR CON LA FUENTE INTERNA DE AMOR: El amor ni se da ni se recibe, se es, se está en amor.  Mis relaciones sólo reflejan mi estado. Esa puede ser la clave para dejar de responsabilizar al otro de mi felicidad, bienestar, o de mis emociones. Meditar ayuda. Respirar, también.

5. IDENTIFICAR MI ELECCIÓN: Cuándo elijo tener amor y cuándo tener razón  (asegurar o reafirmar mi “personaje” y echar las culpas afuera).  O sea, cuándo elijo estar en amor o en separación.  Si elijo estar en amor, no cabe la posibilidad de “o tú o yo”, la única solución buena es aquella en la que las necesidades de todas las partes son tenidas en cuenta, el bien mayor en estas circunstancias. Desde ahí, la felicidad es un estado que uno elije. Por cierto, “no elegir”, dejar que las cosas sigan como están, también es una elección.

6. DARME PERMISO PARA PATALEAR cuando esté demasiado “activado” y no pueda evitar reaccionar.  ¡Soy humano al fin y al cabo! La diferencia será que sé que mi pataleta no se justifica en la realidad, sino en mi percepción de ella.  Tendrá menos fuerza, durará menos y será más fácil no cargar contra el otro. Una vez terminada, puedo volver al primer punto de esta lista.

7. ARRIESGARME A AMAR MÁS Y DISTINTO: Cuanto más me conozca, más evidente se me hará el miedo a mostrar mi vulnerabilidad.  Ahí seré LIBRE para vencer ese miedo y elegir el AMOR, arriesgarme a ser amado tal y como soy y darle la oportunidad al otro a que me vea y me ame tal como soy. Si hago lo mismo, el resultado será el mismo. Vale la pena probar cualquier otra cosa.  Bueno, casi cualquier cosa ;)



SUGERENCIA EXTRA: Siempre que pueda, en cualquiera de estos puntos y para cualquier circunstancia, REIRME DE MI MISM@. El humor ayuda a ver el “problema” con más distancia y facilita la comunicación. Ojo, la ironía no es humor, mucho menos el cinismo.


Constelaciones Solidarias para Reyes


Gracias a las personas que participasteis en las Constelaciones Solidarias y a Ishvara Yoga hoy hemos comprado y entregado los juguetes en L'Hospital de Nens de Barcelona. Espero que esta bonita experiencia se convierta en tradición para Anokhi Om

Feliz noche de Reyes.