jueves, 27 de octubre de 2011

Meditación para conectar con la SABIDURÍA


Mucho está sucediendo en estos días, muchos cambios en muy poco tiempo y estamos muy necesitados de calma y claridad para encontrar soluciones y adaptarnos a todos ello. Por eso, coincidiendo con el festival de Diwali te propongo que te tomes dieciséis días para realizar una pequeña meditación que te conecte con tu ser interior, con tu maestro, con la luz.


Estés donde estés, enciende una vela cada día para ese maestro interior, "El Gran Maestro" (o como tú quieras llamarle, pues tal vez lo tengas personificado). Enciende una vela por la Verdad. Pide que se establezca esta conexión en ti, que seas uno con la Verdad.


Al encender la vela recita: 


"Que toda palabra que salga de mi boca sea la expresión de tu Palabra Sagrada. 
 Que todos mis actos sean la expresión de tu Sagrada Voluntad, 
¡que seamos Uno y esta unión no se rompa jamás!



Después medita unos minutos o recita tu mantra, si usas alguno, o simplemente mantente en silencio observando. También puedes cantar el mantra PRABHU AP JAGO

Que tengas fe para no rendirte y que mucho amor y sabiduría te traigan consuelo y agradecimiento por todo lo que la vida tiene para ofrecerte.

FESTIVAL DE DIWALI Y RITUAL A LAKSHMI


El Diwali es una fiesta religiosa conocida también como el «festival de las luces», que celebran miembros de varias religiones en India, como el hinduismo, el sijismo y el jainismo.

Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena nuevas ropas, comparte dulces y hace explotar petardos y fuegos artificiales. Es la entrada del nuevo año hindú, y una de las noches más significativas y alegres del año.

La divinidad que preside esta festividad es Lakshmi, consorte del dios Vishnú y una de las representaciones de la Gran Madre Universal. Ella es quien otorga la prosperidad, paz y salud. También el dios Ganesha es especialmente venerado ese día.

Durante esta celebración, que puede durar cuatro o cinco días, las casas se limpian de forma especial y se adornan con diversos motivos y lámparas de aceite o velas que se encienden al atardecer. Es usual celebrar una comida compuesta de sabrosos platos y dulces, hacer regalos a las personas cercanas y familiares, los fuegos artificiales y los juegos. Es el momento para renovar los libros de cuentas, hacer limpieza general, reemplazar algunos enseres del hogar y pintarlo y decorarlo para el año entrante. Es tradición que la diosa favorecerá de forma especial a quienes se reconcilien con sus enemigos.

Se aconseja instalar un altar en un lugar preferente de las casas donde este presente una imagen de Lakshmí a la que se le ofrecerán flores, incienso y monedas mientras se repite el mantra:

Oṃ Śri Mahā-Lakṣmiyai namaha

(¡Om! Me inclino ante la Señora Gran-Fortuna)

Al anochecer se abren todas las ventanas y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela, repitiendo el mismo mantra, para que Lakshmí entre para el resto del año. También se lanzan barcos de papel o lamparillas encendidas a los ríos sagrados, cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año venidero y se elaboran unos diseños llamados manorā, que son unos dibujos hechos en las paredes y que se adornan durante el festival. A la salida del sol es de ritual lavarse la cabeza, lo que tiene el mismo mérito que bañarse en el sagrado río Gangā (el Ganges).

El simbolismo de la fiesta consiste en la necesidad del hombre de avanzar hacia la luz de la Verdad desde la ignorancia y la infelicidad, es decir, obtener la victoria del dharma (la religión) sobre adharma (irreligión).

miércoles, 26 de octubre de 2011

"No hay nada de malo en relajarse y no hacer nada"

Un pequeño ejercicio o técnica para "arreglar" tus problemas sin hacer nada, en la entrevista de La Vanguardia a Frank J. Kinslow, médico quiropráctico.



Ahora todo es cuántico, ¿eh?
Sí, lo sé, es moda. Yo hoy no bautizaría mi método como Quantum Entrainment...

¿De qué va su método?
De tomar consciencia de un problema. La conciencia lo disuelve.

Anda ya.
Ya verás: ponte en pie.

En pie, ya está.
Ahora piensa en algo que te preocupe.

¿Qué tipo de preocupación?
Un dolor, un patología, un conflicto...

Pensado, va.
Del 0 al 10, ¿hasta qué punto te preocupa?

Un... seis.
Relájate.

La palma de su mano roza mi espalda.
No hago nada. No hagas nada. No hacer.

Ajá.
Así, bien.

¿Pinza mi nuca con pulgar e índice?
Tu cuerpo oscila. Es normal, no pasa nada.

...
Así. Muy bien. Calma. Un par de minutos...

...
Ya está. ¿Qué tal?

Bien. Relajado.
¿Cuánto te pesa ahora ese problema en que has pensado? Del 0 al 10.

Tres...
¡Bien! Lo has relativizado a la mitad que hace un rato. No tienes que hacer nada más.

¿Ya está?
Durante un par de días, la sanación continuará. El problema irá disolviéndose.

¿Por qué debería? Difícil creerle...
Has tomado conciencia, y ahora ella se ocupa. Así funciona. Esforzarte en hacer no funciona. Se trata de no hacer: eso descubrí.

¿Cómo lo descubrió?
A los 61 años perdí el trabajo, perdí la casa, me divorcié, tuve que trasladar mi consulta, me comían las deudas... Y comencé a angustiarme muchísimo.

Hombre, es normal.
No, porque yo venía practicando meditación trascendental ¡dos horas y media cada día durante los últimos 35 años!

¿Ah, sí?
Vivía en Japón, y a los diez años me iniciaron grandes maestros japoneses. Así entrenado, se suponía que gozaba de una mente calma y desapegada de lo material... ¡y me descubrí aterrorizado por la falta de dinero! ¡Tenía mucho miedo! Así que algo fallaba.

¿Y qué hizo?
Dejar de esforzarme en buscar soluciones: me limité a observarme, a observar mis sentimientos, mi miedo...

¿Y qué pasó?
¡Que mi miedo se disipó! Y una gran paz lo reemplazó.

¿Conclusión?
Silencio. Conciencia. Inactividad. ¡No hay nada de malo en relajarse y no hacer nada! Así, con la mera conciencia, se sanan conflictos emocionales. Y, de paso, fisiológicos.

Mi conciencia no es tan poderosa.
Sí lo es. ¡La paz está ahí! La tienes en ti, pero lo has olvidado. ¡Deja de hacer, deja de esforzarte, y permite que aflore esa paz! Brillará como una joya luminosa.

Muy bien, que aflore. Y luego, ¿qué?
Te sanarás desde lo más profundo, disolverás dolencias psíquicas y físicas. Tu conciencia solventará esos males en poco tiempo.

¿Qué entiende usted por conciencia?Si la mente fuese una bombilla, la conciencia sería la electricidad que la ilumina. Sin conciencia, no existe nada. La luz es la paz.

¿Dónde está la conciencia?
La conciencia pura es informe e ilimitada. Es fuente de toda la energía y la materia.

¿Sí?
Orden y forma generan las ondas ("cuerdas"), que al cruzarse generan partículas subatómicas, que al combinarse forman átomos, que al unirse crean moléculas, que a su vez componen sustancias, objetos...

¿Puedo acceder a esa conciencia pura?
Siéntate cómodo. Cierra los ojos. Sigue el fluir de tus pensamientos. Tras unos segundos, pregúntate: "¿Por dónde llegará mi próximo pensamiento?".

¿Y?
Vuelve a hacerlo y observa: ¿detectas una pequeña pausa entre tu pregunta y el pensamiento siguiente? ¿Y entre un pensamiento y otro? Está atento y descubrirás ese intervalo: ¡ese intervalo es... conciencia pura!

Ya.
Si repites este ejercicio unos minutos –puedes preguntarte: "¿A qué olerá mi próximo pensamiento?", "¿a qué se parecerá mi próximo pensamiento?"–, advertirás que tus pensamientos se sosiegan, que tu cuerpo va relajándose... Y surgen eumociones.

¿Qué son las eumociones?
Paz, alegría, gozo, ¡lo propio de la conciencia pura!

¿Cada cuánto aconseja este ejercicio?
Puedes hacerlo durante un minuto en diversos momentos del día. Es vivir la experiencia de la no experiencia. Y si observas con regularidad ese intervalo, ¡notarás más energía, te sentirás mejor!

¿Algo tan sencillo resulta tan sanador?
He visto a personas que en su lecho de muerte me han dicho: "¡Gracias por salvar mi vida!". Perder el miedo es sanar la vida.

Este método suyo se parece a venta de humo, a un crecepelo de la nada.La técnica no es nada: importa la conciencia. Córtate las uñas sin conciencia... y harás un destrozo. Sé consciente de la conciencia pura: irás más allá del cuerpo y la mente... y todo lo que sucederá será para bien.



Conciencia pura

"Si puedes pensar en algo..., ¡es que puedes arreglarlo!", me resume Kinslow. Lo arreglará la "conciencia pura" –eso que queda tras eludir pensamientos y emociones–, guiada por la intención: según este principio, puedes visualizar tu tobillo lesionado como ya curado... y tenderá a sanar, afirma Kinslow. El entrelazamiento cuántico –un principio confirmado por la física de partículas subatómicas– sería el referente científico bajo el que presenta este método (Quantum Entrainment) el doctor Kinslow. Lo explica con tanta simplicidad que casi da risa: "No te pido que cambies tus creencias, sólo que pruebes", y me invita a leerLa curación cuántica y El secreto de la vida cuántica(Sirio).

martes, 25 de octubre de 2011

Taller de Constelaciones Familiares - 13 de noviembre




¿Por qué mi vida no funciona como quisiera?

¿Cómo salgo de esta situación?

¿Qué puedo hacer para mejorar mis relaciones?

¿Qué me está diciendo este síntoma, esta enfermedad?






Echa una mirada a lo que realmente está pasando y recupera los recursos 
y el lugar que te corresponde para poder vivir tu vida más plenamente.

¿Quieres?

“En las grandes adversidades 
toda alma noble aprende a conocerse mejor” 
Schille


Fecha:   domingo 13 de noviembre de 2011, de 10 a 19h.

Lugar: Barcelona. C/ Casanoves 27, 5º 1ª

Inversión económica:     70€ por constelar en un taller (son independientes)
                                 20€ por participar como representante
                                 Si tienes algún problema de liquidez, habla conmigo.

Información y reservas: beayin@gmail.com
                                    650 08 92 84
                                    www.beatrizfernandez.es


Plazas limitadas. Imprescindible hacer reserva.

jueves, 20 de octubre de 2011

Si yo puedo soñarlo, el Universo y yo podemos hacerlo.

Yo empiezo, él me sigue. ¡Allá vamos!

El cuerpo en el espacio, el espacio en el cuerpo


Hay edificios mudos,

edificios que hablan,

edificios que cantan.

Sócrates

¿Qué le sucede al cuerpo cuando pasa a través de distintas experiencias espaciales?


Probemos entrar en un restaurante japonés, con mesas bajas, paredes de papel de arroz, silencio y luz difusa. Un espacio de este tipo, con características muy distintas de las que estamos acostumbrados, induce, sin duda, a un modo de ser y a un estado psicofísico particulares, completamente distintos de los que serían evocados en la fonda del barrio, con los cuadritos de paisajes colgados en las paredes, los manteles a cuadros, las mesas muy cerca, las luces de neón y el buffet de entradas de acero inoxidable colocado junto a la puerta.


Inmediatamente uno puede notar, tal vez si presta más atención al cuerpo, que en el restaurante japonés, la respiración se alarga y se hace profunda. Por el contrario, cuando buscamos nuestro lugar en la mesa de la fonda —donde para sentarnos debemos pedirle a la persona de la mesa de al lado si puede moverse un poco—, nuestro cuerpo se adapta a la situación mediante una restricción, fundamentalmente a través de la reducción de la respiración. El cuerpo no pasa con indiferencia a través de las experiencias espaciales.


Si cualquier persona conoce bien la sensación de bienestar o de malestar que se siente en ciertos ambientes, la reacción es en realidad mucho más articulada. Una pared asimétrica, un mueble demasiado pesado, una tabla de planchar en el centro de la habitación, la orientación o la exposición al sol de una sola parte de la casa, el hecho de tener vista o no desde la ventana, de estar en planta baja o en el último piso, en una buhardilla desde donde se ve sólo el cielo o en un sótano escasamente iluminado, en un espacio ordenado, limpio y cuidado, o de tener falta de límites por el hecho de no disponer de un cuarto propio, alcanzan para plasmar, de manera más o menos inconsciente, el modo de ser y producir un cambio en el plano psíquico o de persona1idad. Esto no significa que la conexión esté descontada, sea automática o inevitable, sino simplemente que existe.


De manera simple, se podría pensar que sería suficiente cambiar la casa para resolver los problemas. Obviamente no es así, aunque en ciertas ocasiones puede funcionar. Depende de cuán fuerte es la identificación con el espacio propio y con el propio cuerpo: quien se refleja muy intensamente en el espacio que lo rodea, difícilmente logre modificarlo si no cambia también algo dentro. La dificultad radica en el hecho de que cada cambio está estrechamente ligado a otros aspectos. Si la identificación es fuerte, sólo el hecho de cambiar el automóvil puede, ser una empresa titánica. Pero cuando la empresa se concreta, casi siempre genera otras transformaciones, tanto en el plano corporal como en la personalidad. Análogamente, una nueva vista desde la ventana puede contribuir a cambiar la propia perspectiva de vida.


Espacio personal y estrategias de vida
La percepción del cuerpo y del espacio exterior son dos procesos que en el niño se desarrollan simultáneamente, tanto que, como hemos visto en el capítulo anterior, la maduración de esta percepción está estrechamente ligada al desarrollo de la personalidad. Por lo tanto, no puede sorprender el hecho de que la organización del espacio se refleje en el cuerpo y en la organización psíquica, y tampoco que, a la inversa, los cambios psíquicos y de personalidad lleven a modificar las características del espacio circundante. Así, si la estrategia personal de un individuo prevé una respiración contenida, es probable que su necesidad de espacio sea escasa, y que su identidad resulte restringida respecto de sus potencialidades. Mientras que si la respiración es más amplia de lo que se precisa, la necesidad de espacio podría ser exagerada, al punto de encontrar, a menudo, que ocupa también el de los demás. Así como es posible que el hecho de crecer en un espacio restringido induzca a reducir la propia necesidad de espacio (y la propia identidad), dado que no existen dos personas iguales, también puede ocurrir lo opuesto, como sucede cuando uno se siente enorme e incómodo en un espacio pequeño e indefenso en uno demasiado amplio. En cada caso, la respiración representa una buena indicación de lo que está ocurriendo.


J.Tolja - F.Speciani


del libro Pensar con el cuerpo