lunes, 13 de febrero de 2017

ENAMÓRATE de TI o CÓMO SER LA NARANJA ENTERA


Estar en amor poco tiene que ver con estar enamorad@. El enamoramiento suele ser tan sólo la primera fase de una relación y no suele durar más que un año, si tienes suerte. Tan sólo un pequeño porcentaje de parejas consiguen mantener esa llama durante muchos años, y ese enamoramiento tiene una calidad y profundidad muy distinta a la mencionada fase inicial.


Enamorados del amor

Estemos en pareja o no, parece que la mayoría vivimos enamorados del amor. Unos buscándolo cual amor platónico, y otros huyendo de él, desde el temor de que ese ideal es imposible, cambiando un amante por otro. Mismo perro con distinto collar, como diría una amiga mía.

Cuando nos enamoramos sin tener una elevada autoestima, no nos enamoramos de la otra persona, de cómo es, sino de lo que nos despierta, cargándole con la responsabilidad de hacernos sentir bien y convencernos de que somos amados, vistos, valorados, deseados… ¿Cómo vamos a recibir lo que inconscientemente no creemos ser? ¿Cómo vamos a amar, ver y valorar al otro por quien verdaderamente es si lo que nos atrae hacia él es nuestra propia carencia de amor?


El mito de la media naranja

Nos han vendido (y aún hoy en día compramos) la fantasía de la “media naranja”, es decir, de que somos seres incompletos que debemos encontrar a nuestra otra mitad para sentirnos plenos. Esta estrategia parece eficaz, pero a la larga nunca funciona del todo. Nos convierte en seres dependientes que viven su relación desde la carencia, no desde el placer de compartir la riqueza singular y maravillosa que cada un@ es. Esto nos va a llevar a desarrollar estrategias y actitudes que poco tienen que ver con el amor y mucho con la supervivencia.


El amor hace salir todo lo que no lo es
Al principio, el encuentro amoroso es romántico, apasionado, lleno de ilusión y esperanza, y nuestro corazón se abre… Se abre ante la energía del encuentro amoroso gracias a lo que nuestro amante nos despierta. Ya no nos sentimos solos, separados. Sin embargo, como decimos en Rebirthing, “el amor hace salir todo lo que no lo es”. Junto con esos sentimientos iniciales, empezarán a surgir otros de miedo, desconfianza, tristeza, resentimiento, que son los que hicieron que tu corazón estuviera cerrado, en primer lugar. Todos esos sentimientos y emociones se originan y alimentan de los pensamientos y creencias grabadas en tu subconsciente que te impiden sentirte merecedor@, capaz y adecuad@ para ser amad@. Si tú no te amas, te aceptas y te valoras, a la larga sólo te van a quedar dos opciones: o vivir con el temor de perder al otro, o sentir que el otro no está a la altura del amor que tú anhelas o mereces, que no “puedes ser tú” _ “si yo no merezco ser amad@ y el otro me da amor a mí, o es tonto, o quiere manipularme, y/o tampoco merece ser amado”_


Enamórate de ti
¿Cómo sería, entonces, conseguir que cuando te levantas por la mañana te encontraras ante el espejo a tu persona favorita, a tu más íntim@ amig@, aquella que no te va a abandonar, que te va a apoyar y que siempre va a perdonar tus debilidades animándote a superarlas? ¿Cómo sería saber que nada te falta, que eres un ser completo y perfecto en crecimiento que merece ser amado? ¿Cómo, entonces, no iba a ser lógico y natural que los demás se enamoren de ti?


 




Despierta tu Amante Interior


Si pusiéramos la mitad de energía y atención a conocernos a nosotr@s mism@s y a comprender y amar quien realmente somos, nuestras relaciones íntimas serían mucho más ricas, satisfactorias y placenteras.
-->

3 comentarios:

  1. Hola, me llamo Dieter

    Gracias Bea por tu carta sobre el amor.

    Me gustaría proponer - como experimento – un concepto alternativo de la media naranja que ha surgido leyendo tu texto.

    Entre concepción y nacimiento nuestra alma se encarna y como parte del proceso olvidamos un gran parte de que somos. No solo somos lo que vemos en el espejo o quien escuchamos cuando habla o quien siente el dolor o la alegría o otros del los sentimientos del día a día. Pertenecemos a nuestra familia como ser, y por ser hij@s, herman@s, etc. también a nivel sistemático – lo ultimo ya es una indicación de algo que no (solo) es carnal o personal – quizás se podría llamar transpersonal.

    Tenemos - o para mi mejor - somos también esta alma que empezamos a encontrar cuando un día nuestra vida nos hace mirar y buscar menos en el exterior y nos guía hacia dentro. Ahí vive nuestra otra “mitad” que nos ama incondicionalmente, que esta con nosotros sin parar, fiel, conociéndonos, profundamente, con comprensión absoluta y con compasión, que ve lo bello en nosotros y conoce nuestra potencial, que nos perdona nuestros miedos y fracasos y que quiere que encontramos nuestro “poder”, que vivimos nuestro destino plenamente y que tiene para nosotros todo lo que buscamos en el exterior.

    Visto así, el mito de la media naranja tiene un toque de verdad, aunque lo que no es verdad que fuimos separados, la separación solo es una ilusión, una vela, no es real …. nuestra alma y todo lo que conviene que transciende la ilusión de la separación y que nos conecta con todo y tod@s.

    En ese sentido digo q siiiii …. ME ENAMÓRA de MI y YA SOY LA NARANJA ENTERA

    Un abrazo

    Dieter

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Dieter. Me encanta tu reflexión. Es un punto de vista sistémico muy interesante.

      Hoy leí un chiste que me encantó: no busco mi media naranja por que soy un limón salvaje.

      Otro abrazo para ti!

      Eliminar