sábado, 2 de abril de 2011

Despertando en el paraíso

Hace una hora que me he levantado y he salido disparada al jardín de mi nueva casa para cerciorar que no lo he soñado todo y que, efectivamente, este sueño se ha hecho realidad.  Y sí, ahí estaba la hierba, los árboles, las flores, los pájaros y al fondo la ciudad, el mar, el sol...


Tenía el despertador puesto a las nueve y media y sólo eran las ocho, pero quién se queda en la cama su primera mañana en el paraíso!  Desde el sofá puedo ver el jardín, además de las montañas de muebles y cajas esperando encontrar su lugar.




Anteayer fue mi cumpleaños y
decidí comprobar cuan sanado tengo mi trauma de nacimiento al activarlo haciendo la mudanza ese mismo día.  (Para los que no entendáis lo que digo, Rebirthing). El resultado fue muy positivo pero algo queda por resolver, ya que recibí muchísima ayuda, lo llevé con calma pero se estropeó el ascensor y tuvimos que bajar casi todo por las escaleras!!!


Desde que volví de Vietnam hace seis años tuve claro que quería irme a vivir más cerca de la naturaleza. Algo más tarde hice la formación de Rebirthing y aprendí que podía crear la vida que quisiera para mí y empecé a proyectar el sitio en el que quería vivir, esperando a que apareciera.  Ya sé que lo que hacéis la mayoría cuando queréis algo es buscarlo fuera pero yo me he dedicado a buscarlo dentro.  Sabía que cuando estuviera lista para vivir en un sitio así, lo encontraría.  Poco antes de irme a la India me plantee qué era lo que aún me impedía encontrar mi "casa en la naturaleza pero no aislada, a máximo una hora de Barcelona, donde se viera salir el sol por el mar, con bañera y chimenea (ésta no la tengo aún) y donde pudiera venir la gente a sentirse bien" y me di cuenta de que me quedaba un miedo:  miedo a sentirme sola o a aislarme (algo muy familiar para mí).  Pues bien, durante estos tres meses en la India en los que he vivido tantas situaciones tan diferentes no me he sentido sola ni un instante y mucho menos aislada (tan distinto del viaje a Vietnam en el que disfruté mucho pero fue mucho más duro y solitario...). 

No será casualidad, entonces, que al día siguiente de llegar a Barcelona, a punto de estresarme creándome prisas y obligaciones por estar de vuelta, decido tomármelo con calma e ir a comer con un par de amigos.  Uno de ellos me insiste en que le acompañe después a Vallvidrera a ver este piso que tiene en alquiler y a pesar de que caen chuzos de punta y hay una niebla que no te deja ver más allá de un par de metros, descubro mi casa.


 Dos frases "anti-estrés" aprendí a usar en India que son muy prácticas:
  • Why not? ante cualquier propuesta o situación: ¿Por qué no?
  • What to do? ante cualquier contratiempo o situación: ¿Qué le vamos a hacer?
Hace tan sólo 19 días que regresé de India y todo son cambios.  Quería haber escrito sobre la última etapa de mi viaje, pero me ha sido imposible encontrar el momento.  Estoy agotada pero feliz, sobre todo de comprobar que mi impresión era cierta.  Al tomar consciencia de que me tocaba regresar, pensé que no se trataba simplemente de volver a casa sino que Barcelona era la siguiente etapa de mi viaje y que todas las actitudes y aptitudes de las que había disfrutado durante esos tres meses no tenían porqué desaparecer.  De hecho, mucha de la "magia" que he encontrado en la India ha sido tan sólo una consolidación de lo que ya me estaba pasando antes de ir allí: esa sensación de que la vida, el Universo entero, están a tu favor y te apoyan, incluso en los momentos complicados. Todos esos momentos menos agradables o más difíciles han sido tan enriquecedores como los positivos:  me han confirmado que puedo, que valgo y que merezco.  ¿Qué más se puede pedir?


Parte del equipo mudancero probando cómo queda el sofá

Me doy cuenta que la clave todo este tiempo ha sido CONFIAR, algo que sigo teniendo que ejercer constantemente, pues el miedo más o menos sutil se cuela siempre por cualquier redija de tu pensamiento.  Pero cuando eliges la confianza y apuestas por vivir con el corazón abierto, arriesgándote a sentirlo todo (porque el dolor, el miedo, la tristeza y todos sus amigos también forman parte importante del equipo) la vida se convierte en un viaje apasionante.

Gracias a todos por formar parte de este viaje. ¡Jai!

¡Om Namaha Shivaia!

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