martes, 11 de enero de 2011

Ganesha en Delhi

Las 9:45p.m. y el tren empieza a moverse… Qué relativo es el bienestar y cómo puede variar la percepción según las circunstancias. 

  
Con Bruce y Laurent
Ya he sospechado yo algo cuando después de comer con Bruce y Laurent (a quien normalmente veo en Barcelona en las fiestas de Alexander), al dirigirme en auto-rikshaw a la estación de tren de Nueva Delhi, me he cruzado con un elefante!!!  Justo hoy que empieza mi viaje en solitario.  Ayer por la noche se marchó Dani con su socio hacia Rajastán y, de hecho, apenas les he visto en todo el fin de semana pues ellos se han dedicado a hacer sus compras y negocios y yo…  Bueno, ayer me fui a la aventura, buscando el Ghaffar Market para conseguir que me liberaran mi viejo móvil y comprarme una tarjeta prepago hindú.  ¡Qué cómodo es tener teléfono móvil, realmente!  Fue toda una odisea (conseguir hacer una foto, fotocopia del pasaporte, encontrar la tienda), y tal vez un entrenamiento para lo de hoy.

Sentada detras del mostrador en la tienda de moviles, tomando un te





Pues eso, que iba yo en el auto-rikshaw cuando ahí estaba Ganesha, el Dios con cabeza de elefante que se encarga de liberar los obstáculos.  Inevitablemente, aunque me ha hecho mucha ilusión e incluso he parado a hacer un par de fotos, he pensado que, con lo bien y fácil que me había ido todo hasta ahora, si me lo encontraba es porque tal vez lo fuera a necesitar…

Tal vez , si no fuera por Ganesha, ahora no estaría sentada en este tren y seguiría sentada y helada en la estación, pues han llegado a decir que saldría sobre las 12.  Quién sabe. ¡ Lo cierto es que el tren tenía que salir a las 2:05p.m. y es un “super-fast express train”! 

Estacion de Nueva Delhi

¿El culpable?  La niebla. 

 ¿Qué he hecho estas casi ocho horas?  “Discutir”, regatear, irme a la otra punta de Delhi (una hora de taxi) con dos chicos de 20 años que también tenían billete en el mismo tren y han preferido irse a casa de un amigo a esperar, volver en metro sola (han pasado de volver hoy a la facultad y se han quedado en casa de su amigo), llegar corriendo a la estación a las 7:10 p.m., hora a la que estaba anunciada la salida del tren según información telefónica, “discutir” con otro collie (el que te carga la maleta), hacerme amiga de Palu (Pallavi, pero yo la llamo Baloo para acordarme) que me solucionaba el problema del idioma y yo a ella el de viajar en tercera clase o slippers class (como el de la foto que publiqué, ecs), llamar al hotel de Agra (Pallu ha hablado por mí porque por teléfono es difícil entender el acento hindú en inglés) para avisar que llegaré a la una o dos de la madrugada…


Pallu y yo en el tren. Por fin!
Todo este tiempo he tenido grabada la imagen del elefante recordándome una canción del Ganapati, un mantra pidiéndole a Ganesha que “haga su trabajo”:  Om Gam Ganapataié Namaha, Sharanam Ganesha…  Sólo ha habido un momento en el que no he llegado a perder la calma pero mi mente ha empezado a emparanoiarse un poco, cuando ya llevaba casi una hora en ese taxi con los dos chicos, alejándome de la estación.  Pero justo entonces, como de la nada, ha aparecido un anuncio gigante con la foto y el nombre de Amma (la mujer que viene cada octubre a Barcelona a dar abrazos) y la fecha de hoy!!!  No tengo claro si el satsang lo daba ella u otro tipo que aparecía también fotografiado en el anuncio, pero era todo lo que necesitaba para sentirme confiada y protegida.

Ahi esta Amma con su sonrisa irresistible
Espero que todo sea más fácil al llegar a Agra y que mañana, el Taj Mahal me haga olvidar toda esta odisea.  Aunque, aquí sentada ahora mismo, ya me siento feliz. 

On Namaha Shivaia.

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