miércoles, 26 de enero de 2011

Arunachala. Llegando a casa.

(Esto lo escribí la semana pasada)


  
Con la montaña sagrada, Arunachala, de fondo

Aquí estoy, al pie del monte Arunachala, haciendo cola para entrar al Satsang de Mooji. Hoy me estreno. Deben haber ya más de doscientas personas y el silencio es riguroso, cosa que con el canto de los pájaros y la brisa de esta mañana nublada crea una atmósfera de paz y recogimiento muy agradable. Ya empiezo a sentir esa especie de emoción que me humedece los ojos y el corazón que me producen determinados espacios o situaciones cuando la gente se reúne con un propósito común, espiritual o no, consciente o no, que les hace abrir el corazón o sentirse unidos (me ha pasado también en algún concierto de góspel, cuando todo el mundo cantaba y bailaba con nosotros).


Debe ser que realmente estoy en el lugar adecuado, en el momento adecuado y haciendo lo adecuado porque desde que llegué todo me ha salido más que redondo y sin ningún esfuerzo. Habrá sido Shiva y la luna llena del miércoles. Quise llegar para la Kaarthikai Deepam, fiesta que se celebra cada luna llena en memoria de la aparición de Shiva en forma de columna de fuego en lo alto del monte Arunachala que está justo detrás de Tiruvanamalai. Así se creó el símbolo del lingam, forma fálica con la que se representa a Shiva. Miles de personas vienen para la ocasión y caminan descalzos durante unas cuatro horas y media alrededor de la base de la montaña parándose en cada templo que hay a lo largo de estos 14 kilómetros. Todos los templos están dedicados a un aspecto de Shiva como el Shiva del sol, el del agua, el de la lluvia…


Han pasado dos intensos días… No, fue ayer cuando empecé a escribir… Tengo un apartamento recién estrenado para mí, con un colchón y un hornillo eléctrico y algunos utensilios para cocinar que compré (he hecho un arroz con verduras no picante!!!). Tengo moto y puedo usar la bici de mis vecinos, Aruna, un chico de 18 años y Ola, su madre, australianos, que están aquí desde el día 5 asistiendo a los satsang de Mooji, principal razón de que yo eligiera venir a este sitio.

Confraternizando con algunos vecinillos

 Llegué a Tiruvanamalai el 19 por la noche (hace tres días) en un autobús repleto de devotos hindúes que venían para festejar a Shiva. Como era mal día y mala hora para encontrar alojamiento, resolví pasar la noche en un hotel vecino al súper mega templo que hay en medio del pueblo, …., y dejar la búsqueda de un hospedaje más económico y cercano al lugar de los satsangs de Mooji para el día siguiente. Una vez instalada me lancé a la calle para compartir la celebración con las miles de personas que allí había. Lo bueno es que no se creaban aglomeraciones agobiantes porque, en general, la gente iba circulando por la famosa ruta. Sólo tenía que limitarme a seguir la corriente humana.


Además de en los templos y los puestecillos tanto de objetos espirituales como de juguetes, comida u objetos diversos tipo feria, la gente se detenía también en las balsas o estanques a poner una especie de vela en una barquita flotante sobre el agua. Aproveché para poner una por el alma de mi abuela, cuyo funeral había sido esa misma mañana, y otra para que continúe la recuperación de mi amiga Montse.

Afortunadamente, no vivo en el centro de la ciudad.  ¡Menudo ruido!


Cuando vi el cartel que me advertía que aún quedaban 11 kilómetros y medio y siendo ya casi las dos de la madrugada, decidí que ya habrían otras lunas llenas y que era mejor dormir, que al día siguiente tenía mucho que andar y que conseguir organizar.
Pues no sé si sería Shiva o la montaña o la luna, pero en mi vida nada había sido antes tan fácil. Me permití dormir hasta las diez, me duché, recogí todas mis cosas para tener las maletas listas y salí a tomar un zumo y empezar mi misión: encontrar un internet café para averiguar dónde eran los satsangs, encontrar el lugar físicamente, buscar alojamiento por esa zona… En algún momento o puede que el día anterior, me pasó por la cabeza que estaba cansada de hotel y que me encantaría tener una habitación en una casa que estuviera mínimamente limpia. Empecé a vagar por las calles cercanas al megatemplo y parecía difícil encontrar un cibercafé o algo que se le pareciera (la primera vez en India) pero iba bien tranquila cuando, unos quince minutos y un par de plátanos más tarde, vi a un chico extranjero y decidí preguntarle si sabía de alguno.


Aruna tocando la guitarra en una Jam del German Bakery

Aruna se convirtió en mi ángel de la guarda y sólo su madre está a la altura de competir con él. Me preguntó si estaba aquí por Mooji y yo sólo tuve que decir que sí: me llevó en la moto a todas partes y me “cedieron” el apartamento de al lado del suyo que reservaban celosamente con el dueño para una amiga de Ola que llega el día 1. Mucho mejor que cualquier cosa que pudiera imaginar. Estamos en las afueras. Vegetación, silencio, cerca de todas partes y mucho más barato que todo lo anterior. Parece ser que voy a acabar mudándome enfrente (otro chollo que ha conseguido Ola) mucho antes de que llegue la amiga.


Todo esto es mi bendición sólo por la parte práctica, que cada vez que doy por sentado que no puede ser mejor, descubro que estoy equivocada. Pero es que además me siento bendecida y agradecida con la gente, con Mooji, con el clima, con el lugar, con la vida.

Foto de grupo con Mooji, el de la barba y coletilla con la flor

Sé que habrá todo tipo de momentos en lo que me queda de viaje, y no me refiero sólo a la India, pero siento que algo profundo debe estar cambiando en mí, pues lo que experimento es nuevo y soy consciente de que yo misma me lo estoy dando: facilidad, confianza, apoyo incondicional, amor. Siento que, por fin, estoy llegando a casa.

 
  

miércoles, 19 de enero de 2011

Despedida de mi abuela

Hoy entierran a mi abuela en Barcelona.  Tanto temer por lo que me pueda pasar a mi aqui y parece que todo pasa en casa.  Le he mandado esta carta, que espero que mis hermanos puedan leer.


A mi Bolla,

No más mía que de toda la saga Fernández-Biel que crece y crece implacablemente, ni de todos a los tocaste el corazón, pero sí la mía, la que estos últimos años en que te has ido retirando no han podido borrar.

El tiempo moldea caprichosamente la memoria y hace ya mucho que, cuando pienso en ti, aunque no te recuerde cantando, jugando o riendo, sólo siento amor en todos tus actos.  Un amor algo serio, austero, pero constante, protector y cuidadoso.

 Tu imagen va asociada, además de al Bollo, evidentemente, y a los rincones de tus casas, al pan con chocolate, o con aceite y azúcar, a tus ovillos de lana, al anillo que me diste que brillaba, a la cruz de mi comunión, tu rosario, tus misas, la bandeja de la cena las noches que me quedaba a dormir (tortilla, sardinas de lata y pan con tomate), el mantel que nunca acabé para la mamá de punto de cruz por el que siempre me preguntabas, las rosas de pitiminí, nuestras comidas juntas…

Seguiría nombrando un montón de imágenes, hasta olores, que saben a ti, la única mujer capaz de comer más rápido que yo y hacer 10 viajes a la cocina mientrastanto!

Con lo distintos que erais y en algo has querido parecerte al Bollo:  en la forma de irte, que empieza a ser sello familiar, y en hacerlo cuando estoy en la otra punta del mundo.  Acepto la broma pues ya me despedí de ti antes de irme y ahora lo hago de esta manera.

Me alegra que por fin puedas reunirte con todos los que sé que has echado tanto de menos y te imagino, ahora sí, feliz y sonriente.  

La familia que dejas tras de ti prueba, en cantidad y calidad,  que fuiste una gran mujer, creo yo, y lo que sé seguro es que fuiste una fantástica abuela.

Gracias por tanto amor.

Hasta siempre, Bolla.

Bea


MUJER BLANCA SOLTERA VIAJA SOLA



Aquí estoy de nuevo, en la litera superior de la clase 3A del Andaman Express, camino de Chennai, batiendo mis propios récords ferroviarios.  Por suerte, no me refiero a retrasos, éste sólo se retrasó una hora y pico, sino a kilómetros y duración del viaje: 1.797km.  más los que hubiesen de Khajuraho (por fin lo escribo bien) a Jhansi, que en borreguero fueron seis horas de tren.  Toda la operación me va a llevar dos días y medio.  Aunque en Khajuraho hacía un tiempo estupendo durante el día, decidí renunciar a Varanasi para no enfrentarme al frío de nuevo más que el  ratito de la estación de Jhansi.


Acabo de volver del baño (de los de agujero en el suelo) y de mirar el paisaje a través de la puerta abierta del tren y he comprobado que mi compañera de compartimento, que sólo habla hindi, viaja con su sobrino y es de Cachemira, ya me ha adoptado_  con su mirada penetrante me ha hecho un gesto con la mano como diciendo “¿dónde te habías metido?”.  Antes nos ha estado dando cacahuetes con cáscara, palomitas y sésamo pegado con caramelo (tipo turrón) a todos los del compartimento, o sea, su sobrino, yo, y dos tipos más.  Ninguno sabía dónde en el mundo está España.  De hecho, desde que salí de Khajuraho he visto hindús, vacas, ratas, ovejas, perros, pájaros, ardillas, niños que me miraban como si fuera un marciano, pero ningún extranjero.  Una chica que conocí en la estación de Jhansi me preguntaba si no me daba miedo viajar sola… 




Como todo, tiene sus pros y sus contras, pero definitivamente me gusta (no quita que también me guste viajar acompañada).  Estás todo el tiempo contigo misma.  Así debería ser siempre, pero no solemos darnos cuenta.  Nadie en quien apoyarse, nadie a quien responsabilizar, todo depende de ti. Y, en realidad, voy recibiendo todo el apoyo que necesito y muy pocas veces estoy realmente y físicamente sola.  Mi primer día en el Yogui Ashram de Khajuraho, fue todo un lujo para mí estar tirada tomando el sol en la azotea sin hacer NADA DE NADA. No me lo había permitido en todo un mes, o no se había prestado.  Ahora lo hacía porque me encontraba mal, pero aún así lo disfruté y tomé buena nota de que no necesito encontrarme mal para parar y tomarme mi tiempo.  Al estar sola es más fácil ver tus ideas inconscientes, tus patrones, tus miedos.  Uno de ellos podría ser que tienes que aprovechar al máximo y verlo y hacerlo todo, ya que estás de vacaciones viajando, en vez de trabajando, como los demás.

Otra de mis neuras que he ido observando es la de “tomar la decisión correcta”, como si sólo existiera una opción perfecta!  Bueno, eso me pasó hace ya un par de semanitas. Ahora asumo con más ligereza la responsabilidad de decidir dónde voy, cuándo, cómo, qué como (sigo con la tripa algo rara), qué compro, dónde me hospedo, cuánto regateo, etc. y confío mucho más en mi intuición, en mi criterio o en mi destino.  El problema es que, por lo menos en mi caso, intuición  (o deseo) y lógica se contradicen a menudo.  Si no hiciera normalmente caso a la primera no me habría traído el cacharro en el que escribo, leo, escucho música y veo películas, por miedo a perdelo, que me lo roben, que lleve demasiado peso (eso lo pienso siempre, lleve el peso que lleve, brrr, no me gusta ir cargadaaaa). 

Ese es otro tema:  la maleta.  Ha ido creciendo, como es lógico.  Con mis pobres “verticales” (cervicales) tengo una buena excusa para no querer cargar peso, pero el tema va más allá, como no.  Tiene que ver con la prosperidad, la comodidad y la confianza, además del sentido común.  Sería más fácil si sólo viajara por el norte o por el sur, pero es que necesito de TODOOO:  desde mosquitera y repelente para mosquitos a gorro y ropa de abrigo.  India es tan grande que lo que llevo no es una guía, es un castigo de 1.300 páginas que partí en dos para cuando lo llevo en el bolso llevar sólo el norte o el sur, según donde esté.  Posiblemente, una de mis “misiones” en Chennai, antes de irme para Tiruvanamalai y al monte Arunachala, será enviar algunas cosas a casa por correo. El problema es que en marzo vuelvo a estar en el norte, pero confío en que ya no hará tanto frío.

Otro tema peliagudo es el del dinero.  Por mucho más barata que sea aquí la vida, las rupias “me las quitan de las manos”.  Igual ya no tengo ganas o paciencia para andar regateando hasta quedar exhausta  por uno o dos euros todo el rato, pero a final de mes se nota.  Es más barato cuando estás más tiempo en el mismo sitio (también lo sería si viajara con alguien más).  Así que, como todo lo demás se trata de encontrar el equilibrio, lo razonable, entre lo que quieres y lo que te conviene, lo que te hace sentir bien ahora y lo que te permite disfrutar de todo el viaje.  Sobre todo, lo más importante es no pelearte contigo misma y cuidarte mucho.  No elegir las habitaciones más roñosas por ahorrarte dos duros.  No elegir las más caras o, si tienes un capricho, compensarlo después.   No viajar en avión o en coche privado, pero no ir en un bus suicida o en la Sleeper class del tren.  O sí.  Según las circunstancias concretas, lo que hoy te parece una mierda, mañana es el lujo de los lujos y viceversa!  Y cómo diría Leonard, disfruta de jugar al juego del dinero ;)))

Otro clásico sería el de echar de menos pero, por suerte, no me añoro. Ni personas, ni cosas, ni actividades. No sé si decir, aún, pero no creo.  En un momento dado, puedo tener ganas de ver a alguien, pero ya está.  Lo mismo me pasó los tres años que viví en Nueva York.  Es como si me sintiera cerca y lejos a la vez (aunque mis amigos más cercanos y familia no son nada de escribir, salvo excepciones), cerca de las personas pero en otra realidad.

Y por último, sigo esperando ese momento “qué coño hago yo aquí” pero no llega, ni en los peores momentos tipo estación de tren. Y eso que soy consciente de que no sé qué hago aquí, pero siento que es donde debo estar (sí, puedes llamarme rara). Hace unos días me planteaba que, normalmente, cuando alguien viaja lejos, preguntamos qué se te ha perdido por allí o qué vas a buscar.  Yo, sin embargo, tengo la sensación de que la pregunta es “qué  vengo a dejar aquí”, como si tuviera que irme mucho tiempo y muy lejos de casa, a un sitio muy distinto para ser capaz de desprenderme de no sé qué.  Supongo que lo sabré al final del viaje.  Lo que sí es seguro es que algunos miedos se están quedando por los caminos y las vías férreas de estas tierras. 

Voy a salir de la cueva a ver el paisaje antes de que se ponga el sol.

sábado, 15 de enero de 2011

Del amor al erotismo

Espectacular!!!!
Aunque el Taj Mahal es mundialmente conocido como el mayor acto de amor de un hombre por una mujer, si quieres que te cortejen ve a Kajurahoo.  Sí, el Taj es más romántico, pero nada como unas tallas de todas las posturas del kamasutra en las piedras de los templos jainíes de este pueblo (aunque sean más  prolíficas las escenas cotidianas o de batallas, monstruos y demonios protectores de los templos) para que te lluevan los pretendientes.


Es cierto que también “ligué” en Agra, y eso que estuve un solo día (bueno, más una noche extra, ya que volví a tragarme un retraso de tren de 11 horas) pero como no me confirmen  el billete para lista de espera del domingo, yo también voy a tener lista de espera.  

Mi mala suerte con los trenes y la niebla, sin embargo, queda totalmente compensada con el maravilloso y soleado día, el único en dos semanas, que me permitió disfrutar al máximo de tan espectacular maravilla.  Cuando salía del edificio en sí, no pude evitar pensar que era una lástima no poder compartir la experiencia con nadie.  ¡Inmediatamente me vi rodeada de más de 15 estudiantes universitarios que me pedían que me hiciera una foto con ellos!  Dicho y hecho.
Vista desde la azotea del Yogui Ashram , en Kajurahoo

Mi otro título para este relato era “el amor no tiene edad”:  candidato número uno: 35 (y bien poco agraciado, bebe y fuma, pero me trató como a una reina acompañándome hasta la estación a las 4 y a las 7 de la mañana), candidato número dos: 19 (muy espabilado, un dulce, habla un poco de español  y no me deja pagar nada tipo bebida, transporte), candidato número tres: 24 (éste sí que es un dulce,  humilde y también me lleva a comer a casa de su familia y me consigue transporte gratis). No, no me he vuelto irresistible ni he hecho ningún conjuro mágico, creo que es “costumbre local”.  Me he quedado de piedra cuando en casa del de 19 he conocido a la esposa recién casada, francesa, del hermano mayor.  La chica parecía normal pero, según me han contado (yo ni me atrevía a preguntar) se conocieron hace DOS MESES Y MEDIO aquí, cuando ella vino de viaje dos semanas (no creo que ni las pasara enteras en Kajurahoo) y ahora volvió y se casó… ¿Cómo se te queda el cuerpo?  Cierto que el mercado está difícil pero…

Comiendo en casa de la familia de Kalu
Igual tiene que ver con que estoy pachuchilla desde ayer por la mañana, versión light: náuseas, dolor de cabeza, cansancio (será de los trenes), dolor muscular leve…  pero, aunque hoy ya estoy mejor tras mi terapia solar de choque (me pasé todo el día tirada al sol en la azotea de la casa donde estoy, rodeada de campo),¡¡¡ tanto “amor” me hace llorar!!!  Bueeeno, vale, los que me conocéis más estaréis pensando que eso es fácil, pero os juro que hasta ahora no he llorado nada.


Puesta de sol en los templos del oeste
La verdad es que no sé qué ha hecho que se me saltaran las lágrimas exactamente… Tal vez fuera no poder tomarme personalmente las cosas tan bonitas y dulces que me decían.

jueves, 13 de enero de 2011

Montse e Isabel

Hola a todos

Tengo pendiente contaros mis aventuras en Agra, pero ahora s'olo me apetece decir que estoy feliz de saber que Montse e Isabel, dos amigas, se recuperan favorablemente de un gravisimo accidente que tuvieron la semana pasada. Bendito internet que me permite mantenerme informada!  

Parece ser que para Montse ha pasado lo peor. 

Gracias, gracias, gracias

martes, 11 de enero de 2011

Ganesha en Delhi

Las 9:45p.m. y el tren empieza a moverse… Qué relativo es el bienestar y cómo puede variar la percepción según las circunstancias. 

  
Con Bruce y Laurent
Ya he sospechado yo algo cuando después de comer con Bruce y Laurent (a quien normalmente veo en Barcelona en las fiestas de Alexander), al dirigirme en auto-rikshaw a la estación de tren de Nueva Delhi, me he cruzado con un elefante!!!  Justo hoy que empieza mi viaje en solitario.  Ayer por la noche se marchó Dani con su socio hacia Rajastán y, de hecho, apenas les he visto en todo el fin de semana pues ellos se han dedicado a hacer sus compras y negocios y yo…  Bueno, ayer me fui a la aventura, buscando el Ghaffar Market para conseguir que me liberaran mi viejo móvil y comprarme una tarjeta prepago hindú.  ¡Qué cómodo es tener teléfono móvil, realmente!  Fue toda una odisea (conseguir hacer una foto, fotocopia del pasaporte, encontrar la tienda), y tal vez un entrenamiento para lo de hoy.

Sentada detras del mostrador en la tienda de moviles, tomando un te





Pues eso, que iba yo en el auto-rikshaw cuando ahí estaba Ganesha, el Dios con cabeza de elefante que se encarga de liberar los obstáculos.  Inevitablemente, aunque me ha hecho mucha ilusión e incluso he parado a hacer un par de fotos, he pensado que, con lo bien y fácil que me había ido todo hasta ahora, si me lo encontraba es porque tal vez lo fuera a necesitar…

Tal vez , si no fuera por Ganesha, ahora no estaría sentada en este tren y seguiría sentada y helada en la estación, pues han llegado a decir que saldría sobre las 12.  Quién sabe. ¡ Lo cierto es que el tren tenía que salir a las 2:05p.m. y es un “super-fast express train”! 

Estacion de Nueva Delhi

¿El culpable?  La niebla. 

 ¿Qué he hecho estas casi ocho horas?  “Discutir”, regatear, irme a la otra punta de Delhi (una hora de taxi) con dos chicos de 20 años que también tenían billete en el mismo tren y han preferido irse a casa de un amigo a esperar, volver en metro sola (han pasado de volver hoy a la facultad y se han quedado en casa de su amigo), llegar corriendo a la estación a las 7:10 p.m., hora a la que estaba anunciada la salida del tren según información telefónica, “discutir” con otro collie (el que te carga la maleta), hacerme amiga de Palu (Pallavi, pero yo la llamo Baloo para acordarme) que me solucionaba el problema del idioma y yo a ella el de viajar en tercera clase o slippers class (como el de la foto que publiqué, ecs), llamar al hotel de Agra (Pallu ha hablado por mí porque por teléfono es difícil entender el acento hindú en inglés) para avisar que llegaré a la una o dos de la madrugada…


Pallu y yo en el tren. Por fin!
Todo este tiempo he tenido grabada la imagen del elefante recordándome una canción del Ganapati, un mantra pidiéndole a Ganesha que “haga su trabajo”:  Om Gam Ganapataié Namaha, Sharanam Ganesha…  Sólo ha habido un momento en el que no he llegado a perder la calma pero mi mente ha empezado a emparanoiarse un poco, cuando ya llevaba casi una hora en ese taxi con los dos chicos, alejándome de la estación.  Pero justo entonces, como de la nada, ha aparecido un anuncio gigante con la foto y el nombre de Amma (la mujer que viene cada octubre a Barcelona a dar abrazos) y la fecha de hoy!!!  No tengo claro si el satsang lo daba ella u otro tipo que aparecía también fotografiado en el anuncio, pero era todo lo que necesitaba para sentirme confiada y protegida.

Ahi esta Amma con su sonrisa irresistible
Espero que todo sea más fácil al llegar a Agra y que mañana, el Taj Mahal me haga olvidar toda esta odisea.  Aunque, aquí sentada ahora mismo, ya me siento feliz. 

On Namaha Shivaia.

sábado, 8 de enero de 2011

Camino a Delhi

Aquí estoy de nuevo, dejando atrás Rishikesh, no aún el frío.  Escribo tumbada en mi litera de primera clase del Misoori train, destino a Delhi.  Dani, duerme arriba.  Tenemos una cabina para las dos solas. ¡Qué lujazo!  Nada que ver con el viaje de ida, donde iba en litera pero del vagón borreguero.  Tengo que acordarme de incluir alguna foto y así os hacéis una idea. 


Ahí estoy yo, encaramada a la litera y atando mis zapatos sobre estos ventiladores.  La mugre os la imagináis.


De Rishikesh me llevo grabado el color turquesa del Ganges.  En el satsang de hoy, Prem Baba ha hablado de la madre Ganga, que representa a la Diosa de la misericordia que con sus aguas lava nuestras miserias, todo lo que nos hace insistir en seguir en el sufrimiento.  Bueno, yo sólo metí  mis pies un día, que ya tiene mérito con el “pelete” que hacía, pero espero que sea suficiente.  Volveré a encontrarme con ella en Benarés, pero sospecho que el color va a ser muy distinto, por lo que me han contado. 

He aquí el testimonio gráfico.  Pongo cara de que está calentita, eh?
 Echaré de menos el aire puro de la montaña, los cantos de mantras teñidos de saudade brasileña de los satsangs, las deliciosas comidas del Ramana´s Garden caóticamente servidas por los niños del orfelinato-escuela con productos orgánicos de su propio huerto, cruzar el puente de Laxman Julha escondiendo la comida por miedo a ser atacada por algún mono, los guiris disfrazados con todo tipo de atuendos entre hippies, espirituales y de supervivencia por el frío… 


Bonito, verdad?  Eso que este día le fallaba el color turquesa.

Me llevo también el recuerdo de ratos compartidos con personas de todas partes del mundo.  Es posible que a algunas las vuelva a ver.  Tina, una mujer inglesa algo mayor que yo con problemas de salud, me llevó un día a su habitación para hacerle una sesión de Rebirthing.  Exactamente, el día de Hanuman, el dios mono.  Se disculpó antes de llegar a la habitación advirtiéndome que estaría desordenada, a lo cual yo contesté que no se preocupara. Lo primero en lo que me fijé al entrar fue en un teléfono móvil con la tapa abierta tirado en el suelo junto a otras muchas cosas… Me quedé unos segundos mirando ese teléfono sin poder procesar el caos que estaba contemplando, incapaz de emitir ningún juicio y Tina tardó en decir nada…  Todo revuelto y tirado por todas partes…  El día de Hanuman, el día perfecto para dejar la puerta del balcón abierta y que entre un mono.  El animal, divino él, dejó su firma en forma de caquita, pero la venganza kármica es implacable y eficiente.  Por lo visto, el macaco estuvo hurgando entre las medicinas de mi amiga buscando algo que llevarse a la boca y devoró complacido un montón de sobres que contenían un delicioso y dulce polvillo… laxante.


Uno como éstos fue el afortunado mono

En fin, todo eso se queda en Rishikesh.  Ahora me esperan un par de días en Delhi, aún en compañía de Dani, antes de empezar mi aventura en solitario hacia Agra, a ver el Taj Mahal,  Kajurahoo, y Benarés,  si Shiva, Ganesha, Hanuman, Khali, Ganga, y el resto de dioses regentes no disponen otra cosa.
Me despido copiando palabras de Prem Baba, a quien espero ver en Barcelona el próximo junio, para expresar mi deseo para todos nosotros en este año que acabamos de estrenar:



Nada más exótico que un gurú brasileño
Y no, no está durmiendo, está escuchando los cantos de mantras
 
Que tu amor sea revelado,
Que soltemos este juego de creer que necesitamos recibir, recibir y recibir amor exclusivo.
Que podamos reconocer nuestra naturaleza divina y todo el amor que tenemos para ofrecer.
Que podamos reconocer que tenemos para ofrecer alegría, perdón, gratitud, creatividad, belleza, esperanza.
Que donde haya tristeza, pongas alegría,
Donde haya oscuridad, pongas luz.

domingo, 2 de enero de 2011

AL PIE DEL HIMALAYA, A ORILLAS DEL GANGES

Ayunando con Dani en el restaurantito de la azotea del “Divine Ganga Cottage”, aparece el sol entre la niebla que cubre las montañas que custodian el Ganges. No sé si con este frío el ayuno va a ser posible hoy, pero espero que el lemon-ginger-honey calentito, como el que me estoy bebiendo y los tés sean suficientes… Si no, dejaremos el ayuno para momentos más cálidos, sin problema.


Como cada día a las 10:30 de la mañana, nos hemos reunido con unas 150 personas para cantar mantras y escuchar las sabias palabras de Prem Baba, un hermoso gurú venido del Brasil… Los caminos del señor son inescrutables. Este punto exótico le da mucha más sensualidad a las melodías que aquí se acompañan con guitarras de preciosos punteados.

Om bur buva svaha tat savitur varenyam… El mantra de la compasión que pide que todos nos iluminemos. Aquí se olvida el frío, inevitablemente, con el calorcito que se te despierta en el corazón. El primer día que vine me emocioné antes de verle sólo con su presencia en la sala. No, no pienso raparme la cabeza ni cambiarme el nombre ni nada por el estilo, pero me siento afortunada de poder encontrar espacios y personas como éstas. Os dejo que empieza el darshan:

Puedes coompartirlo conmigo clicando aqu'i

Bueeeno, ya ves, después de esto y de cantar unos cuantos mantras más sólo puedo decirte:




QUE SEAS FELIZ,

QUE ENCUENTRES LA FUENTE DEL AMOR EN TU CORAZÓN,

QUE ESTÉS EN PAZ,

QUE RECUERDES QUE SOMOS UNO



Gracias por estar ahí. Namasté.

Darshan con Prem Baba

Estas fueron las palabras de Prem Baba del Darshan de esta manyana, directamente traducidas del portugu'es y el ingl'es (disculpa si hay alg'un error):

Es una gran aventura encontrar unidad dentro de la multiplicidad. Sintiéndote parte de la matrix. Tantas subidas y bajadas, tantos encuentros y desencuentros hasta establecer la percepción de que somos uno. Somos como un collar y cada uno es una perla de este collar. Tanto sufrimiento que oímos en este planeta, causado todo por la búsqueda de la felicidad. Felicidad que se manifiesta cuando se estabiliza la percepción de que somos uno. Esa percepción sólo se da cuando somos capaces de amar. Es todo lo que quieres: amar. Tal vez no lo sepas. Tal vez tú ya estés envuelto en el velo de la ignorancia y creas que lo que quieres es recibir. Esa es la distorsión básica. Consciente o no, lo que más quieres es compartir tu tesoro, tu … espiritual que es el amor puro que brota de tu corazón y es el que te proporciona la experiencia de la unidad que genera alegría sin causa, que todo hijo de esta tierra quiere sentir. Todos sólo quieren sentir alegría. Pero esa alegría sólo pulsa cuando tú eres capaz de amar a esta tierra y todos sus seres. Este amor disuelve la ilusión de la separación. Este amor permite que nos percibamos unidos, nos permite percibir que el cuerpo sólo es una capa. Las diferencias están sólo en la superficie. Identificados con la superficie, nos creemos diferentes y, por tanto, diferentes. De ahí nacen todas las construcciones a partir de esta ilusión básica. Entonces nos quedamos atrapados en esta red de ilusión. Y entonces nacen constelaciones de mentira. Nace el egoísmo, y todos sus hijos: envidia, celos, todas las disputas y competiciones, todas las vanidades, todos los complejos de inferioridad y superioridad, todas esta red de ilusión. Es todo mentira. Todo esto es mentira. Tú no eres nada de todo eso. Son tantas vidas desperdiciadas por esta mentira, tanto tiempo desperdiciado. Intentado demostrar a los demás que tú eres una mentira… Hemos tenido este planeta durante mucho tiempo eligiendo el camino del sufrimiento. Tenemos que sufrir al máximo para ser capaces de aceptar lo que la vida nos trae y, entonces, dejar de oponernos y de luchar.



Incluso en un aspecto retorcido identificado con su ego y con su mente y sintiéndose separado, todo lo que quieres es amor, ser reconocido, recibir atención. Lo que quieres es ser amado, ¿verdad? Incluso el amor quiere ser amado. Por lo tanto, si eso es lo que quieres, por qué no lo das de una vez y así interrumpes esta guerra? Por eso la red de ilusión se llama ignorancia, porque es muy estúpida, realmente.


Quiero proponerte una experiencia: De aquí a mañana, hasta nuestro próximo encuentro, intenta ver a todas las personas que te encuentres más allá de la forma, independientemente de su estado de ignorancia. Incluso si esta persona está guiada por el egoísmo o la brutalidad, mira lo que hay detrás de eso y di internamente “namasté” Es el mismo ser que … Estás reverenciando el eterno uno, el eterno amor. Experiméntalo también con los arboles, con los animales. Permite esta reverencia con todos los poros de tu cuerpo. Permite el respeto desde cada poro de tu cuerpo. Cuando te llegue cualquier rayo de ignorancia a ti, visualízate tranparente y déjalo pasar. Si se produce cualquier ofensa o cualquier palabra que esté cargada con odio, haz este ejercicio de visualizarte transparente y deja que esta flecha te atraviese sin tocarte. Continúa emanando reverencia, respeto y amor hacia todos los seres. Internamente estás cantando (mantra) “Dios, despierta. Dios despierta en todos los lugares” Para que etas experiencia funcione tienes que estar presente. Debes estar acordándote de ti, estar recogido en tu centro, actuando desde tu centro. Estoy hablando de totalidad en acción. El mínimo movimiento que haces es intencionado y consciente. Completamente presente. Un día sólo, hasta mañana. Igual cuando estés solo. Continúa cantando “Pravoatejacó” alternándolo con momentos de silencio y visualizando que tu corazón es una fuente infinita de amor que irradia amor y luz en todos los sentidos y direcciones. Con un día te pido que abandones esa necesidad de querer recibir. No va a pasar nada si no recibes nada por un día. Experimenta lo que es darte por un día. No pierdas la oportunidad de sonreír. Incluso si el otro no lo recibe porque está cerrado como un muro. Que no te moleste. No te preocupes por la reacción del otro. Simplemente, irradia lo mejor de ti. Haz este experimento. Mañana hablaremos de cómo ha ido. Te lo propongo para que despiertes la fuente de bendiciones que hay en ti. Bendición es un deseo sincero de que el otro sea feliz. Si este mantra no te resuena por el idioma, hazlo en tu propio idioma. Otra forma de decir “Dios despierta” es “que todos los seres sean felices, que estén en paz” No importa quién sean ni dónde estén. Si tu percepción ha alcanzado una forma de vida, que sea feliz, que esté en paz. Continúa auto observándote y mira qué ocurre, porque puedo afirmar que el remedio para esta tierra es el amor y que ese remedio está dentro de ti. Tenemos que encontrar una manera de extraer este remedio de dentro. El remedio para el sufrimiento de este planeta es el amor y el amor está ahí, dentro de nosotros, protegido por muchas capas. Necesitamos despertar ese amor. A veces trabajamos quitando las capas. Es una forma de trabajar. Y a veces trabajamos despertando directamente esa semilla. Intentamos de muchas maneras. En algún momento ocurre. Es el momento en el que experimentas amor e, inevitablemente, experimentas unidad. También puedes hacerlo rezando, dialogando internamente: que todos los seres sean felices, que todos los seres sean dichosos, que todos los seres estén en paz. Intentando encontrar la forma más verdadera posible. Tal vez encuentres algunas barreras en forma de egoísmo, necesidad, este ser que sólo quiere recibir en vez de dar. Cuando lo encuentras, te enfrentas a ello moviéndote hacia el centro con la más absoluta integridad. Si, por lo que sea no lo consigues, por lo menos has encontrado una capa de egoísmo con la que es más fácil trabajar directamente. Entonces estás más cerca de la verdad. Todo sentimiento de flaqueza, impotencia, son la desconexión de esa fuente de amor. Cuando te conectas con la fuente del amor tú rescatas …, sientes tu poder, despiertas al guerrero del corazón, el guerrero interno que es capaz de cosas inimaginables. Todo sentimiento de fracaso, impotencia, debilidad, es el amor guardado en un cofre, eres tú separado del otro, eres tú separado de Dios, separado de la fuente del amor. Ahí es donde está tu fuerza. Conectado con esa fuente no existe el No. ¿Dónde no? ¿Por qué no? Pero perdimos este poder a lo largo de la existencia, de las encarnaciones, a medida que consolidamos la identificación con el Yo separado… Eso no tiene final. O cambias tu punto de vista o pasarás toda tu vida con la boca abierta esperando una migaja de atención. Esta carencia no tiene fin. Tienes que cambiar el foco de identificación que yo llamo niño interior. Si no lo cambias estás condenado al infierno, porque esta lucha por la atención y el amor es el infierno. Si quieres moverte hacia el cielo tienes que mover tu foco de identificación hacia la fuente infinita de amor. Y claro, cuanto más das, más recibes. Es un fenómeno natural que viene del amor. Pero si das queriendo recibir, no funciona. Tienes que dar sin querer recibir absolutamente nada. Este es tu ejercicio sólo hasta mañana. Luego puedes volver a tu egoísmo, si quieres. ¿Vale? Un, dos, tres, ¡¡¡YA!!! Desde este momento.